Por primera vez desde que se estableció el Índice de Progreso Social el promedio de los países retrocede en los puntajes obtenidos. Además, se observa el deterioro en tres componentes de los 12 evaluados y la medición en educación se encuentra aún muy rezagada.
El Índice de Progreso Social (IPS) de 2024 ha revelado que, por primera vez en la historia de este ránking que apareció en 2014, el mundo experimenta un retroceso en términos de progreso social. Según este índice, publicado por Social Progress Imperative, una organización internacional sin fines de lucro, 61 países experimentaron un declive significativo en su progreso social en 2023, mientras que otros 77 se estancaron. Esto significa que cuatro de cada cinco personas en el mundo viven en un país donde el progreso social está estancado o en declive.
El IPS de 2024, desarrollado por un equipo liderado por el profesor Michael E. Porter de la Escuela de Negocios de Harvard y el profesor Scott Stern de la Escuela Sloan de Administración del MIT, utiliza 12 componentes y 57 indicadores para medir el desempeño social de 170 países. Esta herramienta se ha convertido en una de las colecciones más grandes del mundo de datos sociales y ambientales, siendo la única que se enfoca exclusivamente en las dimensiones no económicas del desempeño de los países.
Uno de los aspectos más preocupantes del informe es el deterioro en tres de los 12 componentes del IPS: Salud, Información y Comunicaciones, y Derechos y Voz. La salud experimentó una disminución debido al empeoramiento de la mortalidad prematura y la esperanza de vida, ambos atribuidos a la pandemia de Covid-19. En cuanto a Información y Comunicaciones, se observó un retroceso, principalmente debido a la disminución de la libertad de prensa. Por último, los derechos en todo el mundo continúan en declive, lo que sigue siendo uno de los mayores obstáculos para generar progreso social.
Dinamarca lidera el IPS de 2024 con una puntuación de 90.38, mientras que Sudán del Sur se encuentra en el último puesto, con una puntuación de 25.93. Sorprendentemente, el progreso se ha estancado o ha disminuido para todos los países del G7 desde 2022, con Alemania destacándose como el país con el mejor desempeño dentro de este grupo.
Al respecto, el director de la Iniciativa de Social Progress Imperative, Michael Green, destacó la crisis global en derechos, voz y libertad de prensa “tan grande como la crisis de salud causada por la pandemia de COVID-19”. Para Green, los líderes gubernamentales y empresariales necesitan “enfocarse no solo en el crecimiento económico, sino en un crecimiento que traiga avances tangibles y sostenibles en el progreso social y bienestar de las personas.”.
América Latina y el Caribe también se encuentran en una situación preocupante en términos de progreso social. La región se ha estancado en comparación con el año anterior, y en promedio retrocede en cuatro de los 12 componentes del IPS. Aunque destacan en áreas como Agua y Saneamiento, y Vivienda, América Latina y el Caribe continúan rezagadas en Educación Avanzada, lo que representa un desafío significativo para el desarrollo económico y social de la región.
Roberto Artavia, presidente de VIVA Idea y del Consejo Directivo de INCAE Business School, hizo hincapié en la importancia de priorizar la educación avanzada en América Latina y el Caribe, “no solo porque la educación es un motor para el desarrollo económico y social, sino también porque una población mejor educada está mejor equipada para enfrentar desafíos complejos como el cambio climático, la inestabilidad política y la innovación tecnológica”.
Los resultados del IPS 2024 para los países de América Latina reflejan las tendencias globales de recesión y estancamiento en progreso social. Mientras Colombia y Honduras muestran mejoras, otros países como Ecuador, Venezuela, Chile, Bolivia, y Brasil experimentan estancamiento o retroceso en su progreso social.
Para Urs Jäger, director de Investigación de VIVA Idea, el progreso social es el componente fundamental en la cohesión de las comunidades y en la búsqueda del bienestar de la población. “Las comunidades en América Latina están en riesgo porque los gobernantes han fracasado en generar progreso social para la población. Esto se traduce en necesidades básicas insatisfechas, carencia del bienestar básico, pocas oportunidades, baja escolaridad y una estructura de gobernanza muy débil”, explicó Jäger.
Para el investigador de VIVA Idea y también profesor de sostenibilidad de INCAE Business School, el principal desafío hoy es “incorporar herramientas para que las comunidades retomen una gobernanza que pueda reestablecer el contrato social y, de esa manera, con todos los actores involucrados avanzar hacia la mejora del progreso social”, explicó Jäger.
El Índice de Progreso Social se basa en indicadores sociales y ambientales que capturan tres dimensiones: Necesidades Humanas Básicas, Fundamentos del Bienestar, y Oportunidades y mide con mayor integralidad el desarrollo de las personas, las comunidades y su entorno que una medición economicista como el Producto Interno Bruto.
Jaime García, director del Índice de Progreso Social para América Latina e investigador de INCAE Business School, subrayó la necesidad de revertir el estancamiento en progreso social en la región, haciendo hincapié en la mejora de las instituciones y la creación de oportunidades para potenciar el capital humano y la innovación. “Para hacerlo, necesita enfocarse en mejorar sus instituciones (Derechos y Voz, e Información y Comunicaciones) para generar certidumbre; y también crear oportunidades (Educación Avanzada) para las personas con el fin de potenciar el capital humano, la innovación y la atracción de inversiones”, aseguró García.
El informe del IPS 2024 sirve como un llamado de atención para los líderes globales, instándolos a priorizar el progreso social como parte fundamental de un desarrollo sostenible y próspero para todos.
El IPS va de 0 a 100 puntos, donde 0 es el valor de más bajo progreso social y 100 el de más alto progreso social. Social Progress Imperative se dedica a mejorar la calidad de vida de las personas en todo el mundo mediante herramientas basadas en datos.